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El mantenimiento periódico de un aire acondicionado Split o Multisplit es clave para su eficiencia y durabilidad. Un sistema bien cuidado funciona con menor consumo de energía y evita averías prematuras. Además, al usarlo en invierno como bomba de calor, se evita la acumulación de suciedad que puede reducir el intercambio térmico y la potencia calorífica. En resumen, limpiar y revisar el equipo antes de la temporada fría mejora su rendimiento, alarga su vida útil y garantiza aire interior saludable.

Limpieza de filtros interiores

La limpieza regular de los filtros de la unidad interior es una de las tareas más sencillas y efectivas. Los filtros retienen polvo y polen, y si están obstruidos obligan al sistema a trabajar más de la cuenta. Se recomienda limpiarlos o cambiarlos cada 1–3 meses, dependiendo del uso y la calidad del aire, para que la bomba de calor mantenga su eficiencia. El procedimiento básico es el siguiente:

  • Desconectar la corriente: Antes de manipular el equipo, apaga el sistema y corta la alimentación eléctrica para evitar accidentes.

  • Retirar la rejilla y extraer los filtros: Quita la tapa frontal del Split y extrae cuidadosamente los filtros (normalmente son de fácil extracción).

  • Limpiar o lavar los filtros: Con una aspiradora retira el polvo superficial. Si están muy sucios, lávalos con agua tibia y un jabón suave. Evita detergentes agresivos que puedan dañarlos.

  • Secar completamente: Déjalos secar al aire libre, evitando el sol directo, para que no se deformen. Sólo cuando estén bien secos se vuelven a colocar en su lugar.

Con los filtros limpios, el aire puede fluir libremente por el equipo interior. La limpieza periódica de estos elementos filtrantes previene malos olores y evita sobreesfuerzos del compresor.

Revisión de ventiladores, serpentines e intercambiadores

Además de los filtros, es fundamental inspeccionar los componentes internos del Split. Comprueba visualmente los ventiladores y ventilaciones internas: si hay acumulación de polvo en las aspas o rejillas, límpialo con pincel o aspiradora para evitar desbalanceos y ruido. También revisa los serpentines (bobinas) y los intercambiadores de calor de la unidad evaporadora. Estas bobinas pueden cubrirse de polvo, reduciendo su capacidad de transferir calor. Si notas suciedad, límpialas suavemente con un cepillo de cerdas blandas o con spray especial para evaporadores, teniendo cuidado de no dañar las aletas.

Estas tareas se pueden hacer al cambiar los filtros: con la unidad apagada, retira los filtros y aprovecha para limpiar a fondo la cavidad interior. En caso necesario, utiliza un paño humedecido con una solución suave de agua y un poco de cloro (al 10%) para higienizar la carcasa interior y los conductos de aire. Verifica también que el desagüe interno esté despejado: su limpieza impide que el agua condensada se acumule, evitando malos olores y proliferación de moho. En conjunto, estas revisiones preventivas en el interior del Split mantienen la calidad de aire y ayudan a preservar el rendimiento en modo calefacción.

Inspección de la unidad exterior

La unidad exterior (con el compresor y condensador) requiere inspección periódica. Debe mantenerse libre de suciedad y obstáculos: limpia las rejillas y ventilador exterior de hojas, polvo o restos de vegetación que puedan acumularse por el viento. Un área obstruida cerca del equipo (menos de 1 m) dificulta el flujo de aire y puede causar sobrecalentamiento, reduciendo la eficiencia. Además, verifica que no haya nidos de insectos ni maleza obstruyendo la entrada de aire.

Se recomienda limpiar la unidad exterior al menos dos veces al año, idealmente antes del invierno y antes del verano. Al hacerlo, apaga el equipo y usa una manguera de baja presión para lavar las aletas del condensador desde adentro hacia afuera, eliminando la suciedad adherida. Si el ventilador exterior está cubierto de polvo, límpialo con un trapo seco o con aire comprimido de baja presión. Estas tareas ayudan a mantener la capacidad de disipación térmica del equipo.

También revisa los anclajes y soportes de la unidad exterior: al estar expuesta a intemperie, es importante asegurarse de que esté bien fijada a la pared o soporte, evitando vibraciones o caídas. En invierno comprueba que el lugar no acumule nieve ni hielo que pueda cubrir las rejillas. Mantener los alrededores limpios y despejados previene problemas mecánicos y eléctricas y asegura el flujo de aire necesario para el funcionamiento óptimo de la bomba de calor.

Control del nivel de gas refrigerante y detección de fugas

El nivel de refrigerante es clave en el rendimiento de la bomba de calor. Durante el mantenimiento, se debe comprobar la carga de gas refrigerante para asegurarse de que no hay pérdidas. Si el equipo requiere una recarga frecuente de gas, es señal clara de una posible fuga. Para detectarla, un técnico puede usar un manómetro en las válvulas de servicio o aplicar una solución jabonosa sobre juntas y conexiones buscando burbujas, indicadoras de fuga.

Si sospechas de falta de gas (por ejemplo, la máquina no calienta bien o genera hielo en los serpentines), avisa a un profesional certificado. Es fundamental reparar fugas y recargar con la cantidad correcta de refrigerante, siguiendo las especificaciones del fabricante. En resumen, ¿cuándo revisar el gas del Split? Lo ideal es hacerlo en cada revisión técnica, especialmente antes de la temporada de uso intensivo. Mantener la carga adecuada no sólo asegura rendimiento, sino que previene averías en compresor y válvulas.

Verificación de aislamiento de tuberías y estado de desagües

Otro punto clave es el aislamiento térmico de las tuberías frigoríficas (líneas que conectan unidad interior y exterior). En invierno es especialmente importante que estos tubos estén bien forrados con material aislante de espuma o caucho. Un buen aislamiento impide la pérdida de calor al ambiente y mejora la eficiencia del sistema. Antes de poner en marcha la calefacción, revisa visualmente que la funda aislante no esté rota ni despegada y repónla si es necesario.

También hay que supervisar los desagües: aunque en calefacción no se genera tanto goteo como en frío, la condensación puede presentarse (por el ciclo interno de la unidad). Asegúrate de que los conductos de drenaje de la unidad interior estén limpios y sin obstrucciones. Un desagüe obstruido puede causar derrames de agua, manchas o proliferación de hongos. Incluso en invierno puede haber algo de condensado, así que es buena idea purgar el tubo o aplicar aire a presión para mantenerlo libre. Mantener tuberías y desagües en buen estado protege tanto el equipo como el entorno contra daños por agua.

Comprobación del sistema eléctrico y conexiones

No olvides verificar el cableado y las conexiones eléctricas. Antes de encender el equipo es recomendable inspeccionar visualmente que no haya cables pelados, terminales flojos o signos de óxido en los bornes. Las conexiones sueltas o en mal estado pueden producir sobrecalentamiento, fallos eléctricos o cortocircuitos que pongan en riesgo la seguridad. En particular, revisa el interruptor general y el enchufe del Split para que no estén sobrecargados ni compartidos con otros aparatos domésticos en regletas.

Siempre realiza las comprobaciones eléctricas con el equipo desconectado. Si notas chisporroteos, vibraciones anómalas o se dispara el diferencial, detén el uso y contacta a un profesional. Un técnico puede aprovechar la revisión anual para medir la resistencia de aislamiento del motor del ventilador y del compresor, asegurando así que el sistema cumple con las normativas de seguridad (RITE). En resumen, confirmar que el sistema eléctrico esté en buen estado y con un montaje correcto previene averías graves y accidentes.

Frecuencia de mantenimiento preventivo

¿Cuánta frecuencia es la adecuada? Como regla general, se recomienda un mantenimiento profesional anual para equipos domésticos Split/Multisplit. Si se usa la bomba de calor todo el año, lo ideal es revisar el aparato dos veces al año: al inicio del otoño (antes de la calefacción) y otra vez en primavera (antes del enfriamiento). En viviendas con uso intensivo o en sistemas de gran tamaño puede incluso considerarse cada 6 meses.

De acuerdo con las asociaciones sectoriales, la normativa RITE exige mantenimiento cada 4 años para equipos <12 kW, pero tanto fabricantes como instaladores recomiendan revisiones anuales. En cada revisión anual un técnico puede realizar una puesta a punto completa: comprobar niveles de gas, limpiar componentes, verificar presiones y ajustar parámetros.

Entre las revisiones profesionales, el usuario puede efectuar mantenimiento básico frecuentemente: por ejemplo, limpiar filtros cada mes o tres meses según el polvo en el ambiente, y mantener despejada el área exterior mes a mes. Seguir estos intervalos ayuda a evitar problemas mayores y a garantizar que el aire-aire en modo calefacción funcione siempre cerca de su rendimiento óptimo.

Consejos para alargar la vida útil y mejorar el rendimiento

Para maximizar la duración y la eficiencia de tu Split en calefacción, además del mantenimiento técnico, considera estos consejos:

  • Temperatura razonable: Mantén el termostato entre 20–24 °C (25 °C es suficiente para confort), evitando cambios bruscos. Un uso moderado reduce el desgaste y el consumo eléctrico.

  • Uso adecuado: No enciendas y apagues el equipo constantemente. Los ciclos cortos de funcionamiento aumentan la fatiga del compresor. Lo recomendable es programar la calefacción con el termostato en modo “auto” o en horario, para que el Split trabaje de forma continua y estable.

  • Proteger el equipo: Cuando no lo uses largos periodos, cubre la unidad exterior con una funda ligera que permita ventilación, para protegerla del frío extremo o partículas en suspensión. No pongas objetos sobre la unidad interior.

  • Ventilación del ambiente: Aunque esté en modo calefacción, ventila la habitación unos minutos al día. El Split aporta calor, pero ventilar evita la saturación de humedad y mantiene el aire sano.

  • Instalación correcta: Asegúrate de que el equipo esté bien dimensionado. Un Split sobredimensionado ciclará más, y uno pequeño trabajará al límite. Un instalador profesional puede optimizar el diseño (longitud de tuberías, carga de gas precisa, nivelación de la unidad exterior) para rendimiento máximo.

En definitiva, el mantenimiento preventivo no solo evita averías, sino que prolonga la vida útil del sistema y reduce costos energéticos. Un equipo bien mantenido funciona con mayor eficiencia y evita reparaciones costosas. Limpieza regular, inspecciones oportunas y uso responsable permitirán que tu Split en modo calefacción te ofrezca confort durante muchos años con el menor gasto posible.