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Los sistemas de calefacción por aire pueden ser centralizados (con conductos que distribuyen el aire caliente o frío por toda la vivienda) o descentralizados mediante fan-coils murales, empotrados o tipo cassette. En ambos casos, un buen mantenimiento es esencial para garantizar eficiencia, higiene y durabilidad. Un arquitecto colegiado recomendaría revisar y limpiar regularmente los emisores de aire y conductos, con especial atención a los filtros y rejillas. A continuación se detallan las tareas prácticas clave:

Cambio y revisión de filtros

Los filtros son la primera barrera contra el polvo y alérgenos en el sistema. Su función principal es atrapar polvo, ácaros, polen y otras partículas antes de que vuelvan al aire interior​. Por ello, es fundamental limpiar o cambiar los filtros periódicamente. En sistemas por conductos, los filtros suelen ubicarse en la unidad interior o en las rejillas de retorno; en un fan-coil cassette o mural, están detrás de la tapa frontal. Existen filtros de malla metálica lavables y de tipo fibra desechable, así como filtros de alta eficiencia (HEPA) para alergias.

La frecuencia recomendada depende del uso: como regla general, cada 3 a 6 meses se deben revisar o reemplazar los filtros de climatización​. En oficinas o hogares muy ocupados puede ser incluso cada 2 o 3 meses, mientras que en una vivienda de uso moderado puede bastar con una limpieza anual​. Si nota que los filtros están muy sucios (polvo oscuro, pelos, etc.), límpielos cuanto antes.

Pasos básicos para limpiar o cambiar filtros:

  • Apagar el equipo: Antes de manipular, desconecte la unidad del suministro eléctrico.

  • Extraer el filtro: Abra la tapa o rejilla (siguiendo las instrucciones del fabricante) y retire el filtro sucio.

  • Limpiar el filtro: Use una aspiradora de mano para eliminar el polvo superficial. Para filtros lavables puede también enjuagarlos con agua tibia y detergente neutro, frotando suavemente​. No use productos abrasivos.

  • Secar completamente: Espere a que el filtro esté bien seco, nunca reinstalar húmedo para evitar moho.

  • Reemplazar o reinstalar: Vuelva a colocar el filtro o ponga uno nuevo si es desechable, asegurándose de que encaje bien. Active de nuevo el sistema.

La limpieza de filtros mejora la calidad del aire y evita malos olores. Mantener los filtros limpios previene olores, humedades y hongos, y alarga la vida del equipo al reducir el consumo energético​. En definitiva, cambiar o limpiar los filtros regularmente es fundamental para un funcionamiento óptimo del sistema de aire.

Limpieza de rejillas de impulsión y retorno

Las rejillas de impulsión (por donde sale el aire al ambiente) y de retorno (por donde entra el aire al sistema) acumulan polvo y suciedad fácilmente. Son, sin embargo, los componentes más accesibles y de mantenimiento más fácil​. Se recomienda limpiarlas con frecuencia para mantener la estética y el correcto caudal de aire.

Pasos prácticos para limpiar rejillas:

  1. Retirar las rejillas: Con el sistema apagado, desatornille o desencaje la rejilla de aire.

  2. Eliminar polvo superficial: Use un paño húmedo o una aspiradora para quitar el polvo adherido. También puede sumergir la rejilla en agua tibia con jabón suave.

  3. Cepillar y lavar si es necesario: Para suciedad difícil, frote con un cepillo suave y detergente neutro. En dispositivos grandes (como rejillas de climatización por conductos) a veces se desmontan por completo para facilitar la limpieza​.

  4. Aclarar y secar: Enjuague bien y deje secar la rejilla al aire libre. Es importante que esté bien seca antes de volver a colocarla.

  5. Reinstalar: Vuelva a colocar la rejilla y fije con sus tornillos o mecanismo original. Encienda el equipo y compruebe que el aire circula correctamente.

Limpiar las rejillas no solo mejora la apariencia, sino que impide la caída de polvo en el suelo y garantiza un flujo uniforme de aire. Las rejillas de impulsión y retorno […] deben limpiarse con más frecuencia para evitar acumulación de polvo y suciedad. Este gesto sencillo, que puede hacerse incluso cada mes, ayuda a mantener los emisores de aire en buen estado y mejora el caudal y calidad del aire en la habitación.

Prevención de acumulación de polvo en los conductos

El polvo y la suciedad que pasan a través de los filtros y rejillas pueden acumularse con el tiempo dentro de los conductos de aire y en las unidades internas. Esto reduce la eficiencia térmica y puede generar malos olores o proliferación de hongos. Para prevenir esta acumulación se recomienda:

  • Revisiones periódicas: Inspeccione los conductos al menos una vez al año. Si hay condensación frecuente, ocupantes alérgicos o casas con mascotas, aumente la frecuencia.

  • Limpieza profesional de conductos: Según la normativa y expertos, se aconseja una limpieza profunda de los conductos de aire una vez al año​. Esto suele requerir aspiradores industriales y cepillos especiales para eliminar la suciedad adherida en el interior. Una empresa especializada lo hará sin dispersar polvo en la vivienda.

  • Uso de filtros de calidad: Filtros con alta capacidad de retención (como HEPA) capturan más contaminantes antes de que entren al conducto​. Aunque no evitan por completo la suciedad interna, permiten espaciar la limpieza.

  • Sellado adecuado: Asegúrese de que las uniones de conductos estén bien selladas. Fugas pueden introducir polvo de falsas paredes o áticos.

  • Control de fuentes de polvo: Mantenga limpio el hogar (menor polvo en habitaciones) y evite fumar dentro, para reducir la carga de partículas que recirculan.

Señales de acumulación en conductos incluyen polvo que sale por las rejillas al encender el equipo, o incluso pelo de mascota atrapado en ellas​. De hecho, si al iniciar la calefacción nota motas de polvo volando, o un ligero moho oscuro en la entrada de aire, es indicio de que los conductos necesitan limpieza. Un mal olor persistente al encender el aire caliente también suele ser síntoma de acumulación de microorganismos​. Realizar revisiones periódicas y limpieza profesional al menos anual mantiene los conductos en buenas condiciones​.

Señales de que el sistema necesita mantenimiento

Incluso con cuidado, conviene estar atento a signos de que el sistema de calefacción por aire requiere intervención:

  • Olores extraños: Aromas a moho, humedad o quemado al encender la calefacción pueden indicar filtros sucios, condensaciones o sobrecalentamiento. Un olor desagradable en el aire impulsado puede señalar bacterias o necesidad de desinfección​.

  • Baja eficacia térmica: Si el aire no sale suficientemente caliente (o frío), o tarda mucho en alcanzar la temperatura deseada, puede ser por filtros obstruidos o suciedad en los intercambiadores. Un sistema cargado de polvo trabaja más y consume más energía​.

  • Ruidos anómalos: Sonidos extraños como zumbidos o vibraciones pueden indicar que el ventilador está forzando con suciedad o que hay alguna pieza suelta.

  • Flujo de aire irregular: Si percibe que sale mucho aire por unas rejillas y poco por otras, o que chisporrotea de polvo al comienzo, es señal de conductos sucios o rejillas parcialmente obstruidas.

  • Mala calidad de aire: Aumento de alergias, estornudos o molestias respiratorias dentro de casa puede deberse a aire viciado por falta de limpieza de filtros y conductos. Los filtros saturados “provocan mala calidad del aire y malos olores”​.

Ante cualquiera de estos síntomas, es recomendable realizar una limpieza de filtros y rejillas, y si persisten los problemas, solicitar una revisión profesional. Detectar a tiempo estos fallos evita averías mayores, como daños en el compresor o explosiones de moho interior​.

Frecuencia recomendada de mantenimiento

En uso doméstico estándar, recomendamos la siguiente pauta de mantenimiento preventiva:

  • Filtros: Limpiar o cambiar los filtros cada 3 a 6 meses​. En viviendas donde el aire acondicionado funciona todo el año, al menos dos veces al año es lo habitual​. Para fan-coils en calefacción continua (por ejemplo, en sedes o lofts) se sugiere incluso cada 3 meses​. En un hogar medio con climatización ocasional, limpiar los filtros al menos una vez al año suele ser suficiente​.

  • Rejillas: Cada vez que limpie los filtros (o cada cambio de estación), limpie también las rejillas de impulsión y retorno. Debido a su fácil acceso, se pueden limpiar varias veces al año de forma rápida.

  • Conductos: Realizar una inspección y limpieza profunda al menos una vez al año​. Si la casa está en zona muy polvorienta o viven personas alérgicas, conviene hacerlo con más frecuencia (por ejemplo, cada seis meses).

  • Unidades internas (fan-coils): Además de los filtros, limpie las baterías térmicas con aire comprimido o aspirador al menos una vez al año​. Verifique la bandeja de condensados anualmente para evitar obstrucciones​.

  • Revisión profesional: Un arquitecto o técnico especialista recomienda revisar todo el sistema antes de cada temporada de uso intenso (por ejemplo, antes de invierno y antes de verano)​. Estas inspecciones bianuales ayudan a detectar fugas de gas refrigerante, aislantes deteriorados o desgastes de componentes.

En resumen, un mantenimiento regular evita que el polvo se acumule en los conductos y emisores de aire (fancoils) y garantiza un aire saludable y eficiente. Por eso, conviene llevar un registro de cada servicio realizado y no posponer las limpiezas recomendadas.

Si al examinar su instalación detecta alguno de los problemas descritos, o si desea una revisión completa, no dude en contactar con Hausum. Nuestro equipo realiza inspecciones técnicas profesionales de sistemas de climatización por aire en viviendas, asegurando que su calefacción funcione de forma segura y eficiente durante todo el año. ¡Solicite una visita y mantenga su hogar confortable y libre de polvo!

Contacto: Para más información o solicitar una inspección profesional de su sistema de climatización, póngase en contacto con Hausum. Estamos a su disposición para asesorarle y programar el mantenimiento que su vivienda necesita.