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Los paneles radiantes infrarrojos son emisores eléctricos que calientan objetos y personas mediante radiación, en lugar de calentar directamente el aire. Funcionan como el sol en miniatura: emiten ondas infrarrojas que son absorbidas por paredes, suelos, muebles y cuerpos, proporcionando una sensación de calor similar a la de los días soleados. En la práctica, “los calefactores infrarrojos emiten calor radiante, que es absorbido por superficies y objetos y luego irradiado hacia la habitación”​. A diferencia de un radiador por convección, un panel infrarrojo no calienta el aire primero; su haz viaja a través del aire hasta impactar en las personas y mobiliario, lo que reduce las pérdidas térmicas​.

En resumen, un panel radiante eléctrico transforma la energía eléctrica en radiación infrarroja, calentando directamente las superficies de la vivienda y alcanzando rápido una temperatura confortable en los ocupantes. Este principio de calefacción radiante explica por qué sentimos calor inmediatamente al encenderlo, y además permite mantener puertas abiertas sin perder eficiencia (el calor sigue impactando en los cuerpos aún con corrientes de aire)​.

Ventajas e inconvenientes frente a otros emisores eléctricos

Los paneles infrarrojos tienen ventajas y desventajas destacadas respecto a radiadores convencionales eléctricos (convectores, de aceite, etc.):

  • Ventajas:

    • Calentamiento inmediato: Al no tener que calentar el aire de la estancia, ofrecen calor desde el primer segundo y se notan al instante​.

    • Ahorro energético: Requieren menor potencia que un convector para la misma sensación térmica, ya que sólo calientan la masa (paredes, suelo, objetos) y no todo el aire​.

    • Confort térmico uniforme: Al no estratificar el aire, no se acumula calor en el techo; la temperatura percibida es más homogénea en toda la estancia​.

    • No mueve polvo ni reseca el aire: Al no generar flujo de aire, no levanta polvo ni seca el ambiente, favoreciendo la calidad del aire y el confort de personas alérgicas o asmáticas​.

    • Silencio y bajo mantenimiento: No tienen partes móviles ni queman combustibles; son sistemas muy silenciosos y sin mantenimiento periódico​.

    • Ecológico: No emiten CO₂ ni gases, ya que usan electricidad limpia, lo que los hace respetuosos con el medio ambiente​.

    • Modularidad: Se instalan por estancias, de modo que cada habitación se controla por separado (incluso con su propio termostato), y algunos modelos son portátiles y fáciles de mover según la necesidad​.

  • Inconvenientes:

    • Calor localizado: Producen un efecto “fogonazo” similar a estar cerca de una hoguera: calientan con intensidad las zonas cercanas al panel, pero el calor disminuye con la distancia​. Esto significa que en espacios muy amplios o con techos muy altos puede hacer falta más potencia o varios equipos.

    • Funciona por línea de visión: Si se colocan detrás de obstáculos o muy alejados, su eficacia se reduce. La radiación sale en línea recta (aprox. 45º sobre la superficie), así que hay que evitar obstrucciones delante del panel​.

    • Dependencia del aislamiento: Al ser eléctricos, su coste operativo suele ser mayor que el de gas o gasóleo. Además, en viviendas mal aisladas se requiere más potencia (hasta 125–150 W/m²) para compensar pérdidas térmicas​.

    • Sensación distinta: Algunas personas notan que al quitarse del foco se enfría rápido, al contrario de un radiador de convección que mantiene más el calor en la estancia. Por ello, en estancias grandes se recomienda instalar varios paneles pequeños en lugar de uno solo muy potente​.

Recomendaciones de colocación

La ubicación del panel infrarrojo es clave para su eficiencia y seguridad. Se debe atender a altura, orientación y distancias mínimas:

  • Altura de instalación: Para zonas donde la mayoría está sentado (salón, comedor), conviene colgar el panel entre 80 cm y 100 cm de altura desde el suelo​. Si se trata de áreas en las que la gente está de pie (cocina, pasillos), una altura entre 140 y 160 cm mejora la distribución del calor​. En general, se recomienda instalar el dispositivo a unos 20 cm por debajo del techo como mínimo para no perder eficacia​, ya que en techo directo (>2,5 m de altura) puede reducir su impacto térmico. Cabe destacar que el techo suele ser la posición más eficaz: los rayos infrarrojos se abren ~45º desde la superficie y calientan uniformemente hasta 2 m hacia abajo​. En cambio, un panel fijado a la pared (a 1,80 m, por ejemplo) ofrece un ~70% de eficacia comparado con el techo​.

  • Orientación y obstáculos: Se ha de colocar orientado hacia las zonas de estancia (sillas, sofá, escritorio). Nunca debe quedar bloqueado por muebles, cortinas u otros objetos, pues bloquearían la radiación​. Debe dejarse al menos 40 cm de espacio libre delante del panel para garantizar distribución óptima y prevenir sobrecalentamiento​. Además, conviene instalar los paneles cerca de puntos fríos (ventanas o puertas exteriores) para compensar pérdidas de calor por esos lugares.

  • Techo vs pared: Los paneles en el techo dispersan el calor por todo el volumen de la sala, mientras que en pared concentran el calor hacia un área particular​. Si la instalación lo permite (habitualmente con las mismas conexiones que una lámpara de techo), es preferible el techo​. Si se opta por la pared, se aconseja colocar el panel a 1,80 m de altura y advertir sobre la menor eficacia​. En suelos altos o espacios amplios, conviene usar varios paneles de menor potencia distribuidos estratégicamente en lugar de uno grande central​.

  • Distancias mínimas: Para seguridad eléctrica y térmica, deje unos 20 cm libres hacia arriba y 10 cm hacia las paredes laterales​. Respete al menos 40 cm hacia adelante (delante de muebles o personas). En el caso de baños, use sólo modelos con grado de protección (IP44 o IP54) y no instale a menos de 60 cm de fuentes de agua (ducha, lavabo).

Consejos por estancia

  • Salón/comedor: En estancias amplias, ubique el panel radiante en posición central o sobre la zona de asientos para distribuir el calor de forma uniforme​. Una altura de unos 80–100 cm suele ser ideal, alcanzando tanto los sofás como la zona de pie​. Deje libre al menos 40 cm delante del panel y evite colocarlo justo enfrente de adornos o cortinas​. Si el salón es muy espacioso o con forma irregular, considere dos paneles pequeños (por ejemplo, uno sobre el sofá y otro frente a una zona de lectura) en lugar de uno solo grande. La potencia típica depende del tamaño: como regla general se calculan unos 100 W/m² en estancias bien aisladas​. Por ejemplo, un salón de ~20 m² podría necesitar entre 1.000 y 1.500 W en total, según aislamiento. En hogares con niños o mascotas, conviene instalar los paneles a cierta altura o incluir protectores para evitar quemaduras accidentales​.

  • Dormitorio: Para el cuarto de dormir, lo mejor es montar el panel sobre la cabecera de la cama o a los pies (evitando iluminar directamente los rostros), de modo que caliente el cuerpo al estar acostado. Una posición a 80–100 cm de altura (en pared) sigue siendo adecuada​. En habitaciones pequeñas (10–12 m²) puede bastar con 500–800 W totales. En proyectos reales se calcula ~500–600 W para 10 m²​. Se recomienda usar termostato programable para apagar la calefacción por la noche o reducirla al mínimo, y evitar corrientes de aire sobre la cama (mantenga ventanas cerradas mientras esté encendido).

  • Baño: Los baños requieren precauciones especiales. Instale únicamente paneles infrarrojos con clasificación IP44 o superior (resistentes a salpicaduras)​. Lo ideal es colocarlos en el techo, orientados hacia la zona central del baño o sobre el espejo, siempre a al menos 60 cm de distancia de la ducha o la bañera​. Nunca instale el panel directamente en zonas de alta humedad (la normativa eléctrica prohíbe dispositivos no IP en zona 1). En baños pequeños (4–6 m²) suele bastar con 300–600 W. El calor infrarrojo es beneficioso aquí porque seca paredes húmedas y evita condensaciones.

  • Despacho/oficina: En un área de trabajo (despacho o estudio), sitúe el panel cerca del escritorio o silla, de modo que caliente a la persona mientras trabaja. Puede montarse en pared encima del monitor (sin apuntar luz, sólo calor) o en el techo centrado sobre la zona de escritorio. Si hay una mesa grande, exiten paneles bajo mesa para calentar pies y piernas sin ocupar espacio​. La potencia recomendada ronda 100–150 W/m², según la aislación. Aproveche, al ser un espacio de uso puntual, los calefactores infrarrojos portátiles para despacho: modelos móviles que se conectan a enchufe permiten dirigir calor justo donde se necesita (por ejemplo bajo el escritorio)​.

Control y eficiencia energética

Para optimizar el consumo es fundamental controlar la calefacción infrarroja con temporizadores, termostatos y, si es posible, sensores de presencia. Se aconseja instalar un termostato programable o cronotermostato para cada zona: de este modo se ajusta la temperatura deseada y se evita que los paneles estén encendidos sin razón​. Por ejemplo, programe horarios de encendido justo antes de usar una estancia y apagado automático al marcharse o al dormir. Algunos cronotermostatos avanzados permiten establecer programas semanales, diferenciar intervalos de presencia/ausencia y hasta control remoto vía WiFi o móvil​.

Además, los sensores de presencia (detectores de movimiento) pueden dar un plus de eficiencia: estos apagan automáticamente el panel cuando no hay nadie en la habitación y lo reactivan al entrar alguien, evitando consumo innecesario. En conjunto con termostatos, los sensores hacen que la calefacción solo opere en habitaciones ocupadas. También es recomendable mantener una temperatura base constante (por ejemplo 16–17 ºC) en vez de apagarlos por completo cada vez, reduciendo excesivos arranques de fríos extremos​. En general, la calefacción infrarroja proporciona confort térmico a menor temperatura ambiente que los sistemas por convección (hacia 1–2 ºC menos), lo cual puede permitir ajustes más económicos en la instalación​.

Mantenimiento y seguridad

Los paneles radiantes eléctricos son aparatos de fácil mantenimiento. No requieren grandes revisiones, pero conviene limpiar su superficie de polvo periódicamente con un paño seco y asegurarse de que las rejillas o salidas de aire (si las tienen) no estén obstruidas​. Compruebe de vez en cuando conexiones y cables visibles para detectar posibles daños. Un panel limpio y bien instalado “funciona mejor y con más seguridad”​.

En materia de seguridad eléctrica, siga siempre las instrucciones del fabricante: no cubra el panel con ningún material, mantenga las distancias mínimas indicadas (muebles, cortinas, etc.) y asegúrese de que la instalación esté realizada por un profesional cualificado. En viviendas con niños o mascotas, se valoran modelos de baja temperatura de superficie o rejillas protectoras para evitar quemaduras. Para el baño, recuerde que solo son aptos los dispositivos con grado de protección (IP) adecuado​. Por otro lado, al ser calefacción eléctrica sin combustión, no existe riesgo de emisiones nocivas ni de fugas de gas: la principal precaución es la correcta instalación eléctrica y evitar focos de calor concentrado sobre materiales inflamables.

En caso de avería o duda técnica, acuda siempre a un técnico autorizado. No manipule usted mismo los componentes internos del equipo ni obstruya sus ventilaciones. Con estos cuidados, los paneles radiantes ofrecerán décadas de servicio estable sin necesidad de mantenimiento pesado​.

Para terminar, la calefacción infrarroja combina confort inmediato con eficiencia energética. Al seguir las recomendaciones de instalación (altura, distancia y ubicación) y emplear controles automáticos (termostatos, temporizadores y sensores), se logra un sistema de paneles radiantes eléctricos tanto confortable como económico. Si desea asesoría personalizada para dimensionar e instalar su sistema de calefacción eléctrica radiante según la orientación y características de su vivienda, no dude en contactar con Hausum. Nuestro equipo de expertos le ayudará a encontrar la solución óptima para su hogar y maximizar el rendimiento de su instalación eléctrica de calefacción.