Skip to main content

La calefacción eléctrica portátil es una solución versátil para complementar o sustituir sistemas fijos, adaptándose a cada estancia de la casa. Para elegir el radiador eléctrico portátil adecuado debemos conocer los tipos disponibles, su funcionamiento y dimensiónar la potencia según los m² y aislamiento. A continuación se describen los principales emisores eléctricos portátiles (radiadores de aceite, convectores, emisores cerámicos o secos, paneles infrarrojos y termoventiladores), comparando su potencia típica, inercia térmica, velocidad de calentamiento, consumo y ruido​. También explicaremos cómo calcular la potencia necesaria por m² con ejemplos, ofreceremos recomendaciones específicas para salón, dormitorio, baño, despacho y cocina, y daremos consejos de uso seguro (ubicación, temporizadores/termostatos, evitar sobrecargas, prevención de incendios)​. Por último, invitamos a contactar con Hausum para asesoría técnica personalizada sobre la elección e instalación de calefacción eléctrica portátil en tu vivienda.

Tipos de emisores eléctricos portátiles

  • Radiadores de aceite: Contienen aceite térmico en su interior que se calienta con una resistencia eléctrica​. Al encenderse tardan más en calentar (calentamiento lento), pero luego liberan calor lentamente durante horas gracias a su alta inercia térmica​. Son muy silenciosos y no resecan el aire ni consumen oxígeno al funcionar​. Suelen incluir termostatos digitales y temporizadores integrados, lo que facilita un consumo eficiente​. La potencia típica de un radiador de aceite portátil ronda los 1.000–2.000 W​. Son ideales para mantener el calor en estancias medianas o grandes (salones, dormitorios) de forma continuada, aunque por su peso son menos móviles. Un ejemplo práctico: un modelo de 2.000 W puede climatizar unos 20–25 m²​, manteniendo una temperatura constante y uniforme.

  • Convectores eléctricos: Calientan el aire por convección natural​. El aire frío entra por la base, se calienta al contacto con el elemento y sale por la parte superior, distribuyendo calor en pocos minutos​. Su potencia suele ser de 750 a 2.000 W​. Gracias a su rapidez son eficaces para calentar rápidamente estancias pequeñas o medianas (salones, despachos) cuando se necesita calor inmediato. Muchos modelos son ligeros y se pueden montar en la pared o dejar en el suelo, y disponen de termostato para mantener la temperatura deseada. Aquellos con ventilador interno (turboventiladores) distribuyen el calor aún más rápido, pero generan ruido (mínimos alrededor de 35–45 dB según modelo​). Por eso se recomiendan para calentamientos puntuales; en estancias donde se quiere un cambio rápido de temperatura, como antes de entrar al baño. Su consumo es alto cuando funcionan (1.500–2.000 W), por lo que conviene usarlos con termostato para no excederse.

  • Emisores de inercia seca / cerámicos: Incluyen emisores cerámicos o de inercia (“secos”) que se calientan con rapidez y acumulan calor interno​. Los emisores de inercia seca tienen paneles internos metálicos o cerámicos que se ponen al rojo en pocos minutos; su inercia térmica es moderada (calientan rápido pero enfrían en ~1 hora)​. En cambio los emisores cerámicos masivos tardan algo más en arrancar, pero su inercia es muy alta (mantienen el calor >8 h tras apagarse)​. Su consumo suele estar en 1.000–1.500 W. Ofrecen un calor homogéneo similar al radiador de aceite pero con un diseño más compacto. Son silenciosos (sin ventilador) y adecuados donde se quiere calor suave sin esperar demasiado: por ejemplo en dormitorios o salones de uso habitual.

  • Paneles infrarrojos: Funcionan como “lámparas” que emiten rayos infrarrojos, calentando directamente paredes, muebles y cuerpos en la estancia. No calientan el aire circundante sino los objetos, como lo hace el sol​. Al no mover aire son silenciosos y no resecan el ambiente. Destacan por su alta eficiencia energética; algunos paneles infrarrojos portátiles consumen solo unos 400–600 W, dado que no desperdician calor calentando aire innecesario​. Se usan para calentar zonas específicas, por ejemplo un rincón de lectura en el salón o un dormitorio, o como apoyo adicional de otros radiadores. También existen modelos orientables de pie o de pared con bajo perfil. Su calentamiento es muy rápido sobre los objetos, pero no calientan homogéneamente grandes volúmenes.

  • Termoventiladores (aerotermos): Combinan una resistencia eléctrica con un ventilador que impulsa aire caliente. Son los más rápidos (calientan en segundos) y suelen ser ligeros y baratos, pero tienen varios inconvenientes: consumen mucha energía (típicamente 1.500–2.000 W​), son algo ruidosos al girar el ventilador y pueden resecar el aire. Se recomiendan solo para calentamientos muy rápidos y de corta duración, p. ej. un mini termoventilador para el baño justo al ducharse o para calentar rápidamente un despacho frío. No son buenos como calefacción principal pues resultan poco eficientes y su calor se pierde en pocos minutos al apagarlos. Además, al encenderse en presencia de polvo viejo, pueden oler a quemado​.

Potencia necesaria por m²

La potencia del radiador (en vatios) debe adaptarse a los metros cuadrados y al aislamiento del espacio. Como regla general se usan unos 100 W por m² en locales de aislamiento medio​. Por ejemplo, una habitación de 20 m² bien aislada necesitaría ≈2.000 W (20×100). Si la estancia está mal aislada, se incrementa a 120–150 W/m²​, es decir, hasta 3.000 W para esos mismos 20 m². En climas fríos se suele añadir un +20–40% extra de potencia​.

Por ejemplo:

  • Un salón de 25 m² con aislamiento normal requeriría ~2.500 W; si está poco aislado podría llegar a ~3.750 W.

  • Un dormitorio de 12 m² bien aislado bastaría con ≈1.200 W (12×100)​.

  • Un baño pequeño (6 m²) necesitará solo unos 600–900 W, pero conviene un calefactor especialmente diseñado (ver abajo).

En resumen, calcule (superficie × W/m²) según el grado de aislamiento: medio 100 W/m², bueno 60–80 W/m², malo 120–150 W/m²​. Estos cálculos dan la potencia instantánea deseada; luego se ajusta con termostato para ahorrar energía.

Recomendaciones por habitación

  • Salón: Es la estancia más amplia (20–30 m²). Se recomienda un radiador de alta potencia (p. ej. 2.000–2.400 W) con buena inercia. Un convector potente con termostato calienta rápidamente el ambiente, o un radiador de aceite grande mantiene el calor de forma homogénea sin ruido. Los paneles infrarrojos también pueden ser útiles para calentar áreas específicas (p.ej. la zona de asientos). En cualquier caso, hay que usar varios metros de potencia (100 W/m²)​. Es mejor evitar termoventiladores para uso continuo (son eficientes solo en arranques rápidos). En salones diáfanos o muy grandes, combinar dos unidades pequeñas puede ser más efectivo que una muy grande.

  • Dormitorio: Aquí se prefiere calor suave y silencioso (habitualmente 10–15 m², ≈1.000–1.500 W). Son ideales los radiadores de aceite o emisores cerámicos de bajo consumo, pues acumulan calor y apenas hacen ruido. Muchos modelos incluyen termostato digital y modo “Eco” que reducen el consumo energético (según comparativas recientes, un radiador con modo Eco integrado puede ahorrar energía ajustando la potencia​). También existen radiadores eléctricos portátiles de bajo consumo específicos para dormitorio (con temporizador y bloqueos de seguridad). Un convector pequeño puede servir para calentar rápido antes de dormir, pero en general bastan 100–120 W/m²​ para mantener el confort. Evite modelos ruidosos o con mucha convección de aire en este ambiente de descanso.

  • Baño: Se requieren calefactores con certificación de baño (IP21/24) para resistir humedad. Hay convectores especiales o toalleros eléctricos con protección contra salpicaduras que aportan calor seguro. También existen pequeños termoventiladores específicos para baño con interruptor antivuelco y cierre por sobrecalentamiento​. Un radiador de aceite con IP24 también se puede usar (por ejemplo, hay modelos de aceite con ruedas y protección IP24 aptos para ducharse)​. En baños de 6–8 m² normalmente bastan 800–1.200 W. Colóquelo alejado de la ducha/bañera (al menos 60 cm) y no lo tape (siga normas de seguridad abajo). Nunca use radiadores sin homologación IP en el baño, y tenga cuidado al encenderlos cuando haya agua.

  • Despacho (oficina): Habitualmente 8–12 m². Se recomienda un calefactor silencioso y eficiente: un convector o emisor cerámico con termostato suele ser adecuado. Aportan calor sin molestar en el trabajo. Como orientación, calcule ~100 W/m²​. Un panel infrarrojo de pie puede servir si trabaja junto a él (no levanta polvo). Evite modelos muy potentes (no se necesita tanto) o con ventilador ruidoso.

  • Cocina: Muchas cocinas pequeñas (10–12 m²) se calientan con la propia cocina u horno, pero puede quedarse fresco. Para un soporte extra, use un convector pequeño o radiador de aceite bajo los muebles (seguro y sin riesgo de salpicaduras de grasa). Un termoventilador puede servir si se desea calor instantáneo, pero hay que evitar ubicarlo cerca de fuentes de grasa o agua. En la cocina con bajo aislamiento use unos 100–120 W/m². Recuerde ventilar cuando haya mucho vapor o humo.

Consejos de uso seguro

  • Ubicación adecuada: Mantenga el radiador al menos 1 m alejado de cualquier material inflamable (cortinas, muebles, ropa, papeles)​. Colóquelo sobre una superficie firme y nivelada. No cubra las rejillas de salida de aire ni ponga objetos encima. En baño u otras áreas húmedas, use solo modelos con certificación IP (p. ej. IP24 para resistencia al agua)​.

  • Temporizadores y termostatos: Aproveche el termostato integrado o un enchufe inteligente para regular la temperatura. Así se evita el sobrecalentamiento y se ahorra electricidad. Use el temporizador para que el aparato se apague tras horas de uso (por ejemplo al dormir o al salir de casa), pues no conviene dejarlo encendido sin supervisión. Muchos radiadores modernos incluyen apagado automático por volcamiento o por sobrecalentamiento como medida de protección​.

  • Evitar sobrecargas eléctricas: Conecte el radiador directamente al enchufe de pared. No use regletas o extensiones convencionales para aparatos de alta potencia​. Esto puede sobrecalentar los cables y causar cortocircuitos o incendios. Asegúrese de que la instalación eléctrica soporta la carga (por ejemplo, cada aparato a 2.000 W requiere un circuito de al menos 10 A dedicado). Verifique periódicamente el estado del cable y enchufe.

  • Precauciones generales: No deje nunca el calefactor portátil funcionando sin vigilancia, especialmente por la noche o al ausentarse​. No utilice el radiador para secar ropa o toallas encima (podría prender fuego). Mantenga a los niños y mascotas alejados del calefactor encendido. Tenga detectores de humo activos en el hogar y familiarícese con el uso de un extintor de incendios. Siguiendo las normas básicas (distancias, ventilación, apagado), el uso de estos radiadores es seguro.

En resumen, la seguridad es tan importante como la eficiencia energética al elegir calefacción portátil. Un uso inadecuado puede generar riesgos, pero respetando las recomendaciones –distancia mínima, uso de termostatos/temporizadores, evitar extensiones– se minimizan los peligros​.

La correcta elección de un radiador eléctrico portátil garantiza confort y ahorro. Para optimizar aún más el resultado es aconsejable contar con un especialista. Hausum ofrece asesoría técnica personalizada: nuestros arquitectos pueden ayudarle a decidir qué calefacción eléctrica portátil instalar en cada estancia, dimensionar correctamente la potencia y guiar la instalación segura. ¡Contáctanos para recibir asesoramiento experto y resolver todas tus dudas sobre calefacción eléctrica en el hogar!