Instalar un sistema Split o Multisplit aire-aire para calefacción requiere comprender su funcionamiento y seguir buenas prácticas técnicas. Estos equipos funcionan como bombas de calor: el refrigerante extrae calor del aire exterior y lo transfiere al interior mediante ciclos reversibles. De este modo, en invierno el calor del aire exterior se transfiere al ambiente interior, calentando la vivienda con alta eficiencia. A continuación se detalla cómo elegir ubicación, calcular potencia y ejecutar la instalación correctamente, con consejos tanto para propietarios como instaladores.
Funcionamiento básico en modo calefacción
Un equipo Split consta de una unidad interior (evaporador) y una unidad exterior (condensador y compresor). En modo calefacción el circuito frigorífico se invierte: el compresor exterior extrae calor del aire ambiente y lo concentra en el interior. Técnicamente, un gas refrigerante circula entre ambas unidades; en invierno absorbe calor en el serpentín exterior y lo libera al evaporador interior, elevando la temperatura del aire que sopla hacia la habitación. Este proceso es similar al de un frigorífico, pero funcionando en sentido opuesto. La eficiencia de un Split moderno (inverter) suele ser alta, por lo que a menudo se denomina “bomba de calor aire-aire”.
Un sistema Multisplit conecta varias unidades interiores a una única unidad exterior. Cada unidad interior dispone de control independiente, permitiendo ajustar la temperatura en cada habitación. El compresor exterior adapta su potencia según la demanda combinada de las unidades interiores. Esto aporta flexibilidad y puede resultar más eficiente en viviendas con varias estancias, pues evita instalar un compresor exterior por cada habitación.
Ubicación de las unidades interiores
Las unidades interiores deben colocarse en posiciones que maximicen el confort y el flujo de aire. La altura ideal suele ser entre 2,2 y 2,5 metros sobre el suelo, dejando al menos 15–20 cm de separación del techo para facilitar el mantenimiento (por ejemplo limpieza de filtros). Una unidad demasiado pegada al techo limita la recirculación de aire y puede causar formación de hielo en los serpentines, lo que provocaría paradas por alta presión y fallos prematuros.
Asimismo, evite colocar la unidad interior frente a fuentes de calor intenso (cocina, chimeneas) o expuesta al sol directo por ventanas. La exposición solar directa aumenta la carga térmica y dificulta mantener la temperatura deseada. En general, se recomienda orientar la rejilla frontal de la unidad hacia el centro de la habitación para distribuir el aire uniformemente y no obstruir las salidas de flujo de aire con muebles o cortinas. Colocar la unidad interior en esquinas aisladas o detrás de puertas cerradas reduce su eficacia.
Algunos criterios clave para la ubicación de la unidad interior son:
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Altura respecto al suelo: Instalarla entre 2,2–2,5 m del suelo. Dejar 15–20 cm desde el techo para mantenimiento.
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Orientación: No apuntar directamente a ventanas soleadas o al sofá/dormitorio. Utilizar cortinas oscuras para proteger del sol si es necesario.
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Circulación del aire: Asegurar que el aire puede fluir libremente por toda la estancia. Evitar obstrucciones delante o debajo de la unidad. Por ejemplo, no ubicarla directamente sobre cortinas largas, estanterías altas o cerca del marco de una puerta.
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Accesibilidad: Aunque no es de mantenimiento frecuente, la unidad debe quedar accesible para limpieza de filtros y service. Debe estar nivelada y bien fijada mediante el soporte plantilla del fabricante.
Aplicar estas pautas evita errores comunes como instalar la unidad demasiado alta, mal nivelada o en zonas sin ventilación; de lo contrario se pueden generar ruidos, caída de rendimiento y averías prematuras.
Ubicación de la unidad exterior
La unidad exterior (compresor) debe ubicarse en el exterior sobre una superficie plana y resistente. Puede ser en fachada (sobre soportes metálicos), en azotea o en balcón, siempre que cumpla las siguientes condiciones:
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Ventilación libre: Debe situarse en un lugar bien ventilado y despejado, sin obstáculos cercanos que limiten la entrada/salida de aire. No debe instalarse donde se acumule agua (charcos, alcantarillas obstruidas). Se recomienda dejar al menos 10 cm de separación en la parte trasera (pared) y 60 cm libre hacia el frente y la parte superior para permitir correcta circulación del aire.
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Nivelación y soporte: Debe asentarse en un soporte firme, nivelado horizontalmente. Asegúrese de que el bloque compresor quede totalmente vertical; cualquier inclinación puede provocar desplazamientos de aceite y fallos en el compresor. Utilice bases con silentblocks antivibración bajo la unidad exterior para minimizar el ruido transmitido al edificio.
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Distancias reglamentarias: Cumpla la normativa local y las recomendaciones del fabricante. Por ejemplo, es habitual dejar unos 2 metros de distancia respecto a ventanas vecinas situadas al mismo nivel, y 2,5 metros frente a escaleras o aceras, con el fin de evitar molestias acústicas. Siempre verifique las ordenanzas municipales o estatales de ruido.
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Accesibilidad para mantenimiento: La unidad exterior debe quedar accesible para revisión y limpieza. Procure espacio suficiente para que un técnico pueda desmontarla parcialmente (por ejemplo, sin estar justo contra una pared de difícil acceso).
En resumen, la unidad exterior debe colocarse en un lugar exterior ventilado, sin obstrucciones de polvo o agua, nivelado y con distancias mínimas legales. Estas precauciones garantizan un funcionamiento eficiente y fácil mantenimiento.
Cálculo de la potencia adecuada
Dimensionar correctamente la potencia de la bomba de calor (en kW térmicos) es esencial. No existe una única fórmula universal, pues depende de varios factores: superficie a calefactar (m²), altura de techo, zona climática, orientación y calidad del aislamiento. Una regla básica orientativa es calcular unos 100–130 W por m² en situaciones medias. Sin embargo, para mayor precisión se puede usar la fórmula habitual:
Potencia requerida (W) = A × B × C × D × 116
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A (m² a calentar): Superficie del recinto.
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B (orientación): Factor según la orientación de la estancia. Viviendas orientadas al sur reciben más sol y necesitan menos potencia (factor 0,92), mientras que orientadas al norte requieren más (factor 1,12).
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C (aislamiento): Coeficiente según la envolvente del edificio. Con buen aislamiento (doble acristalamiento y tabiques dobles) se usa ~0,93; con aislamiento medio 1, y sin aislamiento 1,10.
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D (zona climática): Factor que refleja la severidad del invierno en la región (zonas del DB-H1 del CTE). Por ejemplo, zona fría “E” ≈1,19, zona cálida “A” ≈0,88.
Así, en una casa de 20 m² orientada al sur con buen aislamiento en zona C, se calculan: 20 × 0.92 × 0.93 × 1.04 × 116 ≈ 2.064 W. Esto equivale a unos 2,06 kW de potencia térmica. En términos generales, sale cerca de 0,1 kW/m² para condiciones normales.
Factores adicionales:
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Altura del techo: La fórmula anterior asume techos hasta ~2,5 m de altura. Para techos altos (>2,5 m) conviene calcular según volumen (m³) usando tablas de cargabilidad (por ejemplo, 40-50 kcal/h por m³).
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Carga térmica extra: Si la estancia tiene grandes ventanales con sol directo, colores oscuros en la fachada o aparatos calientes (cocina, horno), hay que incrementar la potencia calculada en un 15–20%.
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Márgenes de seguridad: Es preferible sobredimensionar ligeramente la bomba de calor (p.ej. +10%) a quedarnos cortos, ya que un equipo subdimensionado no alcanzaría la temperatura deseada y funcionaría continuamente con bajo rendimiento.
En síntesis, potencia bomba de calor adecuada = (m² × 116 W/m²) ajustado por orientación, aislamiento y clima. Se recomienda validar estos cálculos con un profesional, pues cada vivienda presenta condiciones particulares.
Split vs Multisplit: ¿qué elegir?
La elección entre un equipo Split individual y un sistema Multisplit depende de las necesidades:
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Número de estancias a climatizar: Si sólo se va a calentar una o dos habitaciones cercanas, un Split individual (una unidad interior + exterior) suele bastar. En cambio, para climatizar varias habitaciones independientes conviene un Multisplit que conecta varias unidades interiores a un solo compresor. Esto reduce el número de unidades exteriores visibles y es ideal para viviendas con varias habitaciones o zonas distintas.
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Ahorro de espacio exterior: Un Multisplit ahorra espacio en fachada al usar una sola unidad exterior para varias interiores. Esto es útil en comunidades o edificios con restricciones estéticas.
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Control independiente: Con Multisplit se puede programar cada unidad interior por separado, optimizando el confort y ahorrando energía cuando no se usan ciertas habitaciones.
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Eficiencia energética: En general, un Multisplit bien dimensionado puede ser más eficiente que varios splits individuales (mismo total de potencia) porque adapta la capacidad del compresor a la carga global. Sin embargo, esto varía según el uso real.
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Coste y complejidad: La instalación de un Multisplit es más compleja y costosa que la de equipos individuales, ya que implica más tuberías y trabajo de conexión. Además, la inversión inicial en el equipo suele ser mayor. Si el presupuesto es limitado o el número de habitaciones es pequeño, un Split sencillo puede ser más rentable.
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Dependencia del compresor: En un Multisplit, una avería en la unidad exterior deja sin calefacción todas las unidades interiores conectadas; mientras que con Splits independientes un fallo afecta sólo la zona correspondiente.
En resumen, un Multisplit se recomienda si se requieren varias unidades interiores (p. ej. dormitorio, salón, despacho) con control independiente. Para espacios reducidos o pocas habitaciones, un Split individual puede ofrecer mayor simplicidad y menor coste. La potencia total requerida es similar en ambos casos, pero en Multisplit debe dimensionarse teniendo en cuenta la suma de las cargas de todas las unidades interiores.
Requisitos técnicos de la instalación
Antes de la instalación, asegúrese de contar con el material y herramientas adecuados y leer detenidamente el manual del fabricante. Algunos aspectos técnicos clave son:
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Instalación eléctrica: Se necesita una línea eléctrica dedicada desde el cuadro general. La sección del cable suele ser de mínimo 6 mm² para Unidades de hasta cierta potencia (según el reglamento de Baja Tensión). Además se debe incluir un magnetotérmico y diferencial exclusivos para el equipo. En muchos casos la alimentación se conecta directamente a la unidad exterior, pero el control eléctrico se sincroniza con la unidad interior.
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Desagüe de condensados: Planificar el drenaje del agua condensada. En refrigeración (verano) la unidad interior saca humedad y necesita un tubo de desagüe con pendiente hacia el alcantarillado. Este tubo debe mantener caída (al menos un 1–2%) para que el agua fluya; de lo contrario se requiere instalar una bomba de condensados. En calefacción (modo bomba de calor) la condensación ocurre en la unidad exterior, por lo que ésta también debe colocar un desagüe adecuado.
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Tuberías y cableado: Marcar previamente el recorrido de las tuberías de refrigerante, cableado de interconexión y drenaje de condensados, practicando los taladros pasamuros necesarios en la pared. Es recomendable cubrirlos con canaletas o embellecedores para ordenar la instalación.
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Longitudes y desniveles: Verifique que la longitud total de las tuberías de cobre entre unidad interior y exterior, así como el desnivel máximo (vertical), estén dentro de los límites especificados por el fabricante. Superar estas distancias puede impedir el correcto retorno de aceite al compresor y anular la garantía.
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Conexiones estancas: Al unir las tuberías de cobre realice un abocardado (flaring) limpio, eliminando rebabas internas. Cualquier impureza o rebaba en la zona de unión impedirá la estanqueidad y provocará fugas de refrigerante. Utilice siempre soldadura de alta calidad y evite dejar residuos que puedan contaminar el circuito.
Cumplir estos requisitos técnicos garantiza una instalación segura y duradera. En particular, se debe dar una especial atención a la correcta evacuación de condensados y al dimensionamiento del cableado eléctrico.
Buenas prácticas de instalación
Siga estas recomendaciones para asegurar un rendimiento óptimo:
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Nivelación de equipos: Asegure que la unidad exterior quede bien nivelada horizontalmente; ello evita desplazamiento de aceite y facilita el drenaje de agua. La unidad interior debe fijarse perfectamente a su soporte-plantilla siguiendo el manual.
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Uso de antivibratorios: Coloque silentblocks o almohadillas de goma bajo la unidad exterior y en las fijaciones de paredes, para absorber vibraciones y reducir ruidos transmitidos a la estructura.
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Aislamiento térmico de tuberías: Todas las tuberías de refrigerante deben ir bien aisladas con espuma o material específico para evitar condensación externa y pérdidas de energía. El aislamiento mantiene la eficiencia del sistema, evita formación de gotas sobre las tuberías (y posible goteo en el techo) y protege contra la corrosión.
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Pruebas de presión y vacío: Antes de cargar gas, realice un ensayo de estanqueidad con nitrógeno o aire a presión (según normativa). Además, debe aplicar vacío al circuito (según RD 552/2019 debe alcanzarse < 270 Pa de presión absoluta y mantenerse al menos 3 horas). Esto elimina el aire y la humedad del sistema.
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Carga de refrigerante: Abra cuidadosamente las válvulas de servicio tras el vacío. La mayoría de unidades exteriores nuevas vienen precargadas de fábrica hasta una distancia de tubería (por ejemplo 5–10 m). Si la distancia supera lo precargado, añada la carga extra indicada por el fabricante. Se aconseja anotar la carga total (nueva + adicional) en la etiqueta del equipo.
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Regulación y puesta en marcha: Tras completar conexiones, realice una puesta en marcha siguiendo los ajustes recomendados (presiones, flujos de gas, control de ventiladores). Compruebe que el equipo funcione sin fugas, ruidos extraños ni vibraciones. Finalmente, explique al usuario cómo usar el mando a distancia y recalque la importancia del mantenimiento anual (limpieza de filtros, revisión general).
Estas buenas prácticas garantizan que la instalación no presente fugas de refrigerante ni pérdidas de rendimiento, prolongando la vida útil del equipo.
Errores comunes y consejos
Para evitar problemas, tenga en cuenta lo siguiente:
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No subdimensionar ni sobredimensionar: Un equipo demasiado pequeño no alcanzará la temperatura deseada, consumiendo energía a tope; uno excesivamente grande funcionará con ciclos cortos (bateo) y consumirá más energía sin mejorar el confort. En ambos casos se afecta el rendimiento y la vida útil.
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Ubicación incorrecta de la unidad interior: Como se indicó, no instale la unidad interior justo en el techo o en lugares mal ventilados. Una posición deficiente provocará goteos internos, reducción del caudal de aire y heladas en verano. También evite dirigir el flujo de aire directamente hacia las personas o hacia zonas donde se acumule polvo (ver salida de aire).
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Ubicación insegura de la unidad exterior: Evite instalar la unidad exterior donde se acumule agua de lluvia o nieve, lo que puede provocar fugas internas de componentes. Igualmente, no la coloque en recintos cerrados o demasiado estrechos, pues necesita ventilación para expulsar el aire caliente.
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Pendiente de drenaje insuficiente: Si la tubería de condensados queda sin la inclinación adecuada, el agua puede estancarse y producir filtraciones. Siempre verifique la pendiente y, de ser necesario, instale bombas de condensado.
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Falta de aislamiento en tuberías: Al no aislar las tuberías de gas, éstas pueden generar gotas de condensación (hielo) sobre techos o paredes, y el sistema pierde eficiencia.
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Fallas por vibraciones mal controladas: Omitir los silentblocks antivibración puede causar ruidos molestos y fatiga mecánica en la estructura.
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Errores en carga de gas: Cargar gas en estado gaseoso (sin vaciar bien el sistema) o con fugas hará que la unidad no funcione correctamente. Use las presiones y procedimientos del fabricante, cargando el refrigerante en estado líquido para asegurar la composición correcta.
Siguiendo estos consejos evitará las equivocaciones más frecuentes. Por ejemplo, no coloque la unidad interior frente a puertas o zonas sin paso de aire, ni ignore la inclinación de los desagües. El cumplimiento estricto de las distancias y pendientes, así como una carga de gas ajustada, asegura una instalación eficiente y libre de problemas.
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