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Un termostato mide la temperatura ambiente y abre o cierra el circuito eléctrico para mantener la casa a la temperatura fijada. Los modelos clásicos son analógicos (ruleta mecánica) y solo permiten ajustar un nivel general, mientras que los digitales muestran los grados en pantalla y permiten programas más precisos. Ambos tipos –incluso los programables o inteligentes– actúan como interruptores automáticos: cuando se alcanza la temperatura deseada, cortan la corriente al emisor y ahorran energía. Por su parte, un programador (o cronotermostato) añade la posibilidad de definir horarios. Permite establecer franjas horarias diarias o semanales en las que la calefacción sube o baja automáticamente. En resumen, el termostato regula la temperatura en tiempo real, mientras que el programador define cuándo y a qué temperatura debe funcionar el termostato, facilitando un control horario de la calefacción eléctrica.

Tipos de termostatos y compatibilidad con emisores eléctricos

Los emisores eléctricos independientes (radiadores por convección, emisores de fluido térmico, paneles infrarrojos, etc.) admiten varios tipos de termostatos. Por un lado están los termostatos analógicos, básicamente controles mecánicos; los modelos modernos emplean pantalla digital y hasta conexión inalámbrica. Existen termostatos inalámbricos (comunicados por radiofrecuencia con el emisor) o Wi-Fi inteligentes, que se gestionan desde el móvil o asistentes de voz. Por ejemplo, hay termostatos Wi-Fi compatibles con cualquier radiador eléctrico o suelo radiante, de hasta 16 A (≈3,5 kW), que permiten encendido remoto y programación semanal. Algunos emisores térmicos (como los modelos Haverland TT PLUS) incorporan ya un termostato digital programable en cada unidad. Incluso los paneles infrarrojos de techo pueden controlarse con termostato de pared –convencional o inalámbrico– o bien mediante regulación de potencia modulado. En esencia, hay termostatos diseñados para radiadores de pared, de pie, emisores de fluido o paneles radiante; lo importante es que sean compatibles con la potencia del aparato (especificada en amperios) y la fuente de alimentación (230 VAC normalmente).

Ventajas de la regulación habitación por habitación

Programar cada emisor por separado –o instalar válvulas termostáticas en cada radiador– permite zonificar el control. De esta forma, se puede ajustar la temperatura ideal en cada estancia según su uso y ocupación: por ejemplo, mantener más calor en el salón por las tardes, y menos en habitaciones vacías o de paso. Con un cronotermostato o termostato dedicado por habitación se logran horarios independientes y un verdadero ahorro de energía en emisores eléctricos. Danfoss explica que el «confort habitación por habitación» supone fijar temperaturas distintas por cada franja y estancia, siguiendo la rutina diaria, lo que reduce el consumo. En la práctica, esto significa no calentar zonas que no se usan o solo tener el nivel de confort deseado cuando realmente se necesita. Además, un termostato independiente en cada radiador facilita conocer el consumo por aparato, como muestran los modelos Haverland TT PLUS, de modo que podemos optimizar el uso y detectar si algo está funcionando mal.

  • Control individual: Cada habitación se ajusta a su perfil: madrugada fría en dormitorios (17–18 °C) y 20–21 °C en horas activas.

  • Horarios personalizados: Programación 24/7 en cada emisor; por ejemplo, bajar la temperatura al salir de casa o subirla antes de llegar.

  • Eficiencia energética: Al no desperdiciar calor en estancias vacías, la calefacción trabaja menos y se ahorra en la factura.

Este enfoque zonificado –»regulación temperatura habitación por habitación»– es clave para el confort y el ahorro.

Estrategias para un uso eficiente

Para maximizar la eficiencia de los emisores eléctricos, conviene combinar horarios con modos inteligentes:

  • Ajustar por franjas horarias: Bajar la temperatura 2–3 °C durante la noche o cuando no hay nadie en casa. Por cada grado menos en la consigna se ahorra aproximadamente un 5 % de energía.

  • Programar apagados automáticos: Si se ventila o hay ausencias previstas, el cronotermostato debe apagar o reducir la calefacción (por ejemplo, modo “AUSENTE” en vacaciones). Danfoss aconseja apagar termostatos al ventilar («apaga mientras se ventila») para que no se activen por la corriente de aire.

  • Modo Eco y modos preestablecidos: Muchos termostatos tienen modos Eco o Standby (configurables en la app o en el propio dispositivo) que definen automáticamente temperaturas reducidas. Estos modos ofrecen un equilibrio entre confort y consumo.

  • Anticipación del arranque: Algunos sistemas permiten “precalentar” programando una puesta en marcha anticipada (por ejemplo, subir temperatura media media hora antes de la hora de despertar o volver del trabajo). De este modo se logra el confort deseado justo al momento sin estar la calefacción encendida todo el tiempo.

  • Detección de presencia: Los termostatos inteligentes con sensor de movimiento pueden encender la calefacción al detectar gente en la estancia, y apagarla tras cierto tiempo sin movimiento. Esto evita calentar inactivos y asegura calor solo cuando hay alguien.

  • Detección de ventana abierta: Muchos radiadores eléctricos avanzados y termostatos Wi-Fi incorporan sensores que reconocen la caída abrupta de temperatura (ventana abierta). Al detectarlo, cortan la calefacción temporalmente para no despilfarrar calor hacia el exterior.

  • Uso combinado de sensores: Vincular el termostato con detectores (de presencia, de apertura de puerta/ventana) en un sistema domótico multiplica el ahorro. Por ejemplo, si se abre una ventana o se registra ausencia prolongada, la calefacción entra en modo ahorro automáticamente.

Con estas estrategias –junto con programación inteligente– se consigue un uso mucho más eficiente de los emisores eléctricos.

Instalación, configuración inicial y mantenimiento

La instalación varía según el tipo de termostato y emisor:

  • En radiadores eléctricos que llevan termostato externo (por ejemplo, emisores de fluido con mando inalámbrico), la puesta en marcha suele ser sencilla. En muchos casos basta con fijar el termostato a la pared o engranar en la válvula existente. Por ejemplo, en pruebas prácticas se observa que solo hay que desenroscar la válvula termostática antigua y colocar el nuevo termostato inteligente, luego presionar un botón y configurar la unidad –cualquier usuario puede hacerlo sin necesidad de técnico.

  • Para termopares murales o programadores de pared, es necesario instalar el dispositivo sobre caja eléctrica (230 V). Estos deben conectar correctamente fase y neutro al aparato de calefacción (radiador o panel) mediante cableado (en muchos casos se recomienda un electricista cualificado). Un termostato Wi-Fi típico se instala en 3 cables (fase, retorno carga y neutro) o mediante un relé. En cualquier caso, hay que cortar la alimentación general antes de hacer conexiones.

Consejos de configuración inicial:

  • Ubicación adecuada: Colocar el termostato a unos 1,5 m de altura en una pared interior libre de corrientes de aire, lejos de ventanas y luz solar directa. Esto asegura lecturas fiables. Jamás debe situarse justo encima o debajo de un radiador, ni tapado por muebles, cortinas o ropa.

  • Configuración de horarios: Tras la instalación, programe las franjas térmicas siguiendo la rutina familiar: por ejemplo, temperatura más baja cuando duerme o sale de casa, y sube antes de despertarse o regresar.

  • Calibración y modos: Algunos termostatos permiten ajustar una “temperatura de inercia” o diferenciar entre modo Confort y modo Eco. Asegúrese de entender estas opciones al configurar.

  • Mantenimiento básico: Mantenga el equipo limpio y con las baterías en buen estado si es inalámbrico. Revise periódicamente que los sensores no estén cubiertos de polvo. Los fabricantes recomiendan sustituir termostatos viejos (más de 10–15 años) por modelos actuales de bajo consumo. Un termostato obsoleto puede perder precisión con el tiempo.

  • Sistema inalámbrico: En caso de termostatos inalámbricos o Zigbee/Z-Wave, vincule el control con el receptor del emisor siguiendo las instrucciones del fabricante. Muchos emisores permiten «emparejar» vía botón (por ejemplo, pulsando una tecla ID en el radiador y luego en el termostato) para comunicación.

  • Comprobaciones finales: Una vez instalado, compruebe que el termostato enciende y apaga el radiador al alcanzar la temperatura objetivo. En algunos sistemas Wi-Fi, se recomienda probar la conexión a la app (p. ej. Smart Life, Tuya) y configurarlo en el hogar inteligente (Alexa/Google) si corresponde.

En resumen, la instalación inicial de un termostato debe garantizar conectividad eléctrica segura y una ubicación óptima. Después basta con definir las temperaturas de confort y economía en cada franja horaria. Un buen mantenimiento posterior (limpieza, cambio de pilas o comprobación de componentes) asegura años de funcionamiento fiable.

Ejemplos prácticos de programación

Para ilustrar, veamos dos casos típicos en el hogar:

  • Dormitorio con radiador eléctrico: Supongamos un dormitorio que se usa principalmente por la noche. Podemos programar el termostato para que alcance unos 20 °C a partir de las 21:00, y luego reduzca automáticamente a 17 °C a las 23:00 durante la noche. Al levantarse, se sube de nuevo a 20 °C a las 7:00. Fuera de ese horario (jornada de trabajo, por ejemplo), se puede mantener en modo Eco (~14–15 °C) o apagado por completo. De este modo, el emisor calienta solo cuando se necesita dormir, evitando consumir energía innecesaria durante el día. Según Danfoss, las temperaturas recomendadas son ~21 °C de día y 17 °C de noche, adaptadas a cada hogar.

  • Salón con panel infrarrojo: Imagínese un salón con panel radiante de techo. Aquí interesa confort al llegar a casa y máximo ahorro cuando no hay nadie. Se podría programar el panel para encender a 19–20 °C a las 18:00 (hora de volver de trabajar) y desconectar a las 23:00 al acostarse. Si los termostatos tienen función de detección de presencia, el panel se mantendrá apagado si nadie entra en la sala, incluso dentro de las franjas programadas. Además, al salir de casa cada mañana, un modo “ausente” o un temporizador apagará completamente la calefacción. Con un termostato Wi-Fi o inteligente, incluso podríamos encender el salón justo antes de llegar (precalentamiento remoto) o desconectarlo vía móvil si se olvida. Estos ejemplos prácticos muestran cómo la combinación de programación por franja, modos Eco y detección de presencia/ventanas puede ofrecer confort inmediato y ahorro continuo.

Conclusión y contacto

En resumen, los termostatos y programadores aplicados a emisores eléctricos son herramientas clave para un hogar confortable y eficiente. Ofrecen control preciso de la temperatura, permiten crear horarios personalizados y facilitan un ahorro de energía en emisores eléctricos. La regulación habitación por habitación, el uso de modos eco, el apagado automático en ausencias o ventilación, y la integración con sensores (presencia, apertura de ventanas) son estrategias que, combinadas, optimizan el consumo y reducen la factura eléctrica. Un arquitecto colegiado o instalador técnico debe asegurarse de elegir el termostato adecuado (analógico, digital, inalámbrico o Wi-Fi) según el emisor, y configurar correctamente cada dispositivo para cada estancia.

Para cualquier duda sobre qué termostato o programador elegir, cómo instalarlo en radiadores, emisores térmicos o paneles infrarrojos, o para asesoría técnica personalizada en la configuración de tu sistema de calefacción eléctrica, no dudes en contactar con Hausum. Nuestro equipo especializado está a tu disposición para ayudarte a planificar y optimizar el control de temperatura habitación por habitación en tu hogar. ¡Consigue el máximo confort y eficiencia energética con el asesoramiento experto de Hausum!